¡POR QUÉ SOY FELIZ!

domingo, 15 de junio de 2014

A MI PADRE AUSENTE



Celebrar el día del Padre contigo ausente no es agradable.
. Recuerdo perfectamente la última navidad que pasamos juntos. Estabas débil, tu caminar te delataba. Tomaste la palabra y todos te oímos sin interrupciones. Mientras te escuchaba mi mente rebuscó el pasado y te encontré fuerte tal como ahora te recuerdo: era domingo y bañabas el carro azul con la manguera para llevarnos a la chacra del abuelito. Era feliz, éramos felices. Esas imágenes nunca se borrarán de mis recuerdos porque siempre las evoco cuando pronunciamos tu nombre en familia. Mi madre preocupada por cargar lo necesario y mis hermanas y yo peleándonos por estar cerca a la ventana. No sé como te las ingeniabas para llevarnos, sólo recuerdo la cara del abuelito riendo cuando descendíamos del carro, seguramente le causaba gracia ver a tantas chiquillas y a un niño pequeño bajar del carro con un perro inmenso de mascota. La chacra del abuelito era un paraíso lleno de fruta, un río corriendo a su costado y los racimos de uva adornando el mágico panorama. Cómo me gustaban esos paseos y no te imaginas cuánto lo disfrutábamos mis hermanas y yo. Seguramente de estar aún con nosotros, nuestros paseos continuarían pero ahora con nuestros hijos tus nietos, los que conociste y los que no llegaste a conocer. Siempre trato de imaginar cómo serías con tus nietos: ¿un abuelito consentidor? ¿enojón? o como el abuelito bonachón de las clásicas películas. De todos modos, guardo un hermoso recuerdo tuyo, los inolvidables paseos que llenaron mi existencia y que pese al tiempo transcurrido aún permanecen nítidamente en mi memoria. Feliz día papá