¡Oh! tanto por agradecer al 2013 y no puedo evitar que se
vaya. Quería que se quedara conmigo para
seguir celebrando tantos acontecimientos importantes que me hicieron tan, pero
tan feliz, pero era inevitable su partida.

¿Será mejor que el 2013? Indudablemente que sí, porque he aprendido
que el año no me hace a mí, yo le pongo los ingredientes necesarios para que
cada año sea cada vez mejor que el anterior. He tenido tristezas y decepciones
como toda persona, pero me he levantado con sólo proponérmelo y he logrado
transformar cada tristeza en alegría. Todo se puede mientras se anhele con
entusiasmo evitando que la sombra de la desidia asome su horrible cabeza.
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