Caminar por
sus amplias avenidas, sintiendo la suave
fragancia de sus vilcas y granados, libres sin presiones, sin afrentas, es amar
doblemente la tierra que te cobija, la tierra que te vio nacer y que te
emociona hasta la última hebra del cabello cuando está de fiesta. De niña,
añoraba ser partícipe de la “Procesión de la bandera”, esa hermosa tradición
que nuestros antepasados nos legaron y que tan orgullosamente, hasta el día de
hoy mantenemos. En ese entonces, no entendía el por qué de la celebración, pero
sí me conmovía hasta el alma las muestras de
apasionamiento de los mayores, las lágrimas de las señoras entonando el
himno y, sobre todo el enorme
sentimiento patriota que se respiraba y que aún se mantiene en cada rincón de
mi hermosa Tacna, pese a haber permanecido cautiva casi 50 años. El inmenso fervor patriótico de los tacneños se demuestra cada 28 de Agosto, fecha en que Tacna vuelve
al seno patrio después de un largo sometimiento, demostrando todos los
vecinos, la peruanidad intacta en los
hogares. ¡Feliz día Tacna querida!
¡POR QUÉ SOY FELIZ!!
sábado, 30 de agosto de 2014
domingo, 15 de junio de 2014
A MI PADRE AUSENTE
Celebrar el
día del Padre contigo ausente no es agradable.
. Recuerdo perfectamente la última navidad que
pasamos juntos. Estabas débil, tu caminar te delataba. Tomaste la palabra y
todos te oímos sin interrupciones. Mientras te escuchaba mi mente rebuscó el
pasado y te encontré fuerte tal como ahora te recuerdo: era domingo y bañabas
el carro azul con la manguera para llevarnos a la chacra del abuelito. Era
feliz, éramos felices. Esas imágenes nunca se borrarán de mis recuerdos porque
siempre las evoco cuando pronunciamos tu nombre en familia. Mi madre preocupada
por cargar lo necesario y mis hermanas y yo peleándonos por estar cerca a la
ventana. No sé como te las ingeniabas para llevarnos, sólo recuerdo la cara del
abuelito riendo cuando descendíamos del carro, seguramente le causaba gracia
ver a tantas chiquillas y a un niño pequeño bajar del carro con un perro
inmenso de mascota. La chacra del abuelito era un paraíso lleno de fruta, un
río corriendo a su costado y los racimos de uva adornando el mágico panorama.
Cómo me gustaban esos paseos y no te imaginas cuánto lo disfrutábamos mis
hermanas y yo. Seguramente de estar aún con nosotros, nuestros paseos
continuarían pero ahora con nuestros hijos tus nietos, los que conociste y los
que no llegaste a conocer. Siempre trato de imaginar cómo serías con tus nietos:
¿un abuelito consentidor? ¿enojón? o como el abuelito bonachón de las clásicas
películas. De todos modos, guardo un hermoso recuerdo tuyo, los inolvidables
paseos que llenaron mi existencia y que pese al tiempo transcurrido aún
permanecen nítidamente en mi memoria. Feliz día papá. sábado, 8 de marzo de 2014
¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!
Su abrazo hoy en la mañana fue lo más hermoso que recibí. A pesar de que me aferro a la idea de que sigue siendo una niña, hoy comprendí finalmente que ya es toda una mujer. Me abordó en el trayecto de la sala y nos estrechamos en un largo abrazo, mientras por mi mente desfilaban innumerables imágenes de nuestros paseos, viajes, discusiones, risas, lágrimas y…alegrías. Luego me repitió esa frase que tanto nos gustó “La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada. No de la cabeza para ser superior..." que ya se volvió un himno para nosotras. Asentí con la cabeza, luego reímos a carcajadas, cómo reíamos, nadie nos paraba. Risas y más risas. Se lo había aprendido de memoria y me conmovió el ímpetu maravilloso con el que lo decía.
Hoy celebramos nuestro día hija y creo que va a ser el mejor día de nuestras vidas. Una vez más SOY FELIZ, INMENSAMENTE FELIZ. Me regocija la idea de celebrar este día con mi familia, con las personas que más amo. Hagamos lo que más nos gusta, disfrutemos al máximo este día hermoso que Dios nos regala como si fuera el último de nuestros días. Feliz día a todas las mujeres de Tacna, del Perú y del mundo entero.
domingo, 26 de enero de 2014
"ENTRE BRUJAS"
¡Oh, cómo pasa el tiempo!...mis vacaciones se van terminando y
aún no termino de hacer todo lo que me propuse. Quiero comentarle sobre un
taller de escritura que encontré en mis largos viajes por el Ciberespacio. Se
llama Literautas y realmente me ha encantado encontrarlos. Cada mes
participan muchos lectores que gustan de la escritura en el Taller de escritura "Móntame una escena". En el mes de octubre del 2013, participé por primera vez
en el taller Nº 11 que consistía en enviar un
cuento que comience con la frase “Decidí visitar a la bruja” o “Decidió visitar
a la bruja”. Quiero compartir con todos los que visitan mi blog mi primer
texto, ahí va:
Allí me dirigí con mi fastidioso equipaje, que dificultaba mi travesía y, con la esperanza envolviéndome como una suave brisa, me encaminé ansiosa. Apuré el paso, la puerta estaba abierta, la empujé suave, un fuerte olor a incienso me fustigó el rostro. Me detuve por unos segundos asustada e imaginé a la rolliza señora de 4 pelos sentada en su silla convirtiendo a los exhaustos viajeros en divertidos animales, cuando súbitamente una mano extraña me tocó la espalda. El terror me paralizó y, sacando fuerza desde lo más recóndito de mi cuerpo giré la cabeza y me enfrenté cara a cara con un ser diminuto, agrio, con la mirada penetrante. Estiró sus manos pequeñas y rugosas sonriendo dócilmente, planeando sin murmuraciones tomar las mías. Esquivé mis brazos aterrada y percibiendo mi negro destino como alimento de caníbales salvajes, huí selva adentro internándome en la espesura, buscando horrorizada protección en algún agujero
ENTRE BRUJAS
"Decidí visitar a la bruja rolliza
de cuatro pelos cuando ya no había nada por hacer. Pedro, con las heridas
frescas, el cabello largo llegándole a los hombros y, el orgullo aniquilado sin
clemencia me suplicó con lágrimas en los ojos “ayuda”. Sonreí complacida
evitando la burla y el menosprecio, cobrándome el destino los desaires y las ofensas
del pasado. Asentí sin remilgos enterrando todo resquicio de venganza y me hice
a la larga travesía en busca de la distinguida señora. Viajé por toda la selva,
salpicada de árboles, lluvias y animales salvajes durante 5 días y, cuando me
daba por vencida, divisé a lo lejos, la rústica figura de la cabaña ubicada al
pie de una hilera de frondosos árboles, que como celosos guardianes vigilaban
la vivienda.
Allí me dirigí con mi fastidioso equipaje, que dificultaba mi travesía y, con la esperanza envolviéndome como una suave brisa, me encaminé ansiosa. Apuré el paso, la puerta estaba abierta, la empujé suave, un fuerte olor a incienso me fustigó el rostro. Me detuve por unos segundos asustada e imaginé a la rolliza señora de 4 pelos sentada en su silla convirtiendo a los exhaustos viajeros en divertidos animales, cuando súbitamente una mano extraña me tocó la espalda. El terror me paralizó y, sacando fuerza desde lo más recóndito de mi cuerpo giré la cabeza y me enfrenté cara a cara con un ser diminuto, agrio, con la mirada penetrante. Estiró sus manos pequeñas y rugosas sonriendo dócilmente, planeando sin murmuraciones tomar las mías. Esquivé mis brazos aterrada y percibiendo mi negro destino como alimento de caníbales salvajes, huí selva adentro internándome en la espesura, buscando horrorizada protección en algún agujero
La diminuta bruja con una extraña
bolsa, me persiguió sin tregua en medio de una ventisca traicionera,
descubriendo la increíble agilidad de sus piernas y el derroche de piruetas.
Comprobando y deduciendo lo inútil de mi huida y que finalmente terminaría
acorralada en sus trampas me planté de un salto en una piedra grande, me
disfracé con el rostro más duro y sanguinario que se haya visto y, con gruesos
palos en la manos le hice frente inflando los pechos, con el cuello erguido. A
penas me vio se detuvo y me examinó inmóvil primero, luego dando vueltas a mi
alrededor siguiéndola yo a la defensiva sin bajarme de la piedra. No pedí
clemencia porque sentí que no la necesitaba y, mientras más gesticulaba con
avidez mi rostro, más la rolliza retrocedía; mis aires de fortaleza y dureza
fingida la apabullaron y retrocedió con miedo intentando asirse de algún árbol.
Enarbolando los palos con el ceño fruncido bajé de la piedra y avancé hacia
ella sin miedo, con determinación, despacio, suave, deteniéndome por momentos.
Cuando tenía la situación controlada la diminuta bruja echó a correr como una
endemoniada, zigzagueante perdiéndose en la espesura. Me quedé quieta por unos
minutos y, cuando estuve segura del camino libre corrí en sentido contrario sin
voltear, atravesando árboles con frutos, ríos con piedras y, débiles puentes de
madera que atravesé sin pestañear segura de encontrar la salida".
domingo, 12 de enero de 2014
EL PATIO LLENO
Cuando el patio se
encuentra abarrotado de niños somos felices, soy feliz, el colegio cobra vida,
todo es vida: las escaleras, los pabellones, las aulas, hasta las envolturas de
caramelos lanzadas al aire por algún despistado parecen parlotear. En fin, observar el patio en la hora del recreo es un
verdadero deleite. El enjambre de niños que
se pugnan a codazo limpio los
arcos para el fútbol, es una maravilla.
Discusiones airadas: los más
Discusiones airadas: los más
grandes se apoderan de la cancha; protestas inútiles de los más pequeños. Finalmente
los más grandes hacen prevalecer su tamaño y hegemonía; pero ni tanto porque
luego de varias riñas los más pequeños regresan avivados por un líder de su
mismo tamaño, con el rostro agrio y los
puños cerrados. Ay de los que se atrevan a votarlos porque su líder, un pequeño
de 6 años, es una verdadera fiera; sólo sus manitos que se mueven de un lado a
otro, hacen retroceder al más villano de los villanos. Pero lo más asombroso: 3
o 4 niños apostados en el arco fungiendo de arqueros para distintos equipos. No
se cómo se las ingenian para no confundirse. Todos como púgiles en cancha se torean embravecidos. El sudor corriéndoles por la
frente, los pantalones sucios y los polos mojados. Ay de quien se atreva a cruzar
el patio en esos instantes porque termina vapuleado como tiro al blanco.
Escuchar el sonido de la
campana es otro deleite. Basta agitar un segundo la campana para que corran
como hormigas a distintas direcciones: unos a sus aulas, otros al baño, otros
al kiosco y, los más frescos, con el
caminar de una tortuga, se disponen a continuar sus juegos de canicas a escondidas detrás de las aulas. Observar la
hora del recreo es vivir con intensidad cada día de mi vida. Soy feliz. He
aprendido a apreciar lo bueno de mi trabajo y los niños con sus defectos y
virtudes como nosotros, son la parte
primordial de él. Un patio vacío cada fin de semana, es fúnebre, mustio y las
aulas melancólicas, hasta las palomas, asiduas visitantes, desaparecen para
retornar fielmente los lunes en la formación.
viernes, 3 de enero de 2014
¡BIENVENIDO 2014!
¡Oh! tanto por agradecer al 2013 y no puedo evitar que se
vaya. Quería que se quedara conmigo para
seguir celebrando tantos acontecimientos importantes que me hicieron tan, pero
tan feliz, pero era inevitable su partida.
Ahora de lejitos me observa y no se enoja al verme complacida de recibir
el 2014, es más hasta parece celebrar conmigo sin ningún recelo. Pero no puedo
evitar sentir cierta añoranza, que a veces me abruma y me transporta a momentos
nostálgicos
¿Será mejor que el 2013? Indudablemente que sí, porque he aprendido
que el año no me hace a mí, yo le pongo los ingredientes necesarios para que
cada año sea cada vez mejor que el anterior. He tenido tristezas y decepciones
como toda persona, pero me he levantado con sólo proponérmelo y he logrado
transformar cada tristeza en alegría. Todo se puede mientras se anhele con
entusiasmo evitando que la sombra de la desidia asome su horrible cabeza.
jueves, 26 de diciembre de 2013
MI HERMANO MENOR
Hacía 3 años que no lo veía, sin embargo parecía que fueran
más. Estaba igualito, algo subidito de peso quizá, pero con la misma chispa y
la misma alegría de los años pasados. Bien dicen que la navidad es felicidad, es
reencuentro y eso es justamente lo que significó para mí la presencia
de mi hermano ausente. Aún recuerdo cuando mi hermana le decía “no te vayas, quédate en
Tacna. Si te vas a Lima va a ser para que te quedes allá”. Cuánta razón tenía
al decirlo, ella lo presentía y así fue. Hace 7 años que se fue y sus idas y
venidas disminuyeron paulatinamente hasta que el fantasma del olvido
nos distanció.
Ayer después de
muchos años regresó, ya no de incógnito como nos tenía acostumbrados, sino con
mensajes de sorpresa para deleite de toda su familia. Mi corazón se regocijó de alegría por su
presencia. Allí estaba, radiante de contento, feliz y, sobre todo, honroso de representar al padre ausente (que dios lo
tenga en su gloria) compartiendo la cena
navideña, como cuando éramos niños y abarrotábamos la mesa para desesperación
de mi madre. Expuso un breve discurso,
cual novel político en campaña. Todos reíamos y no pude evitar quebrarme al ver
a mi hermano menor, el niño pequeño que retozaba por el patio descalzo detrás de su pelota, con el rostro cubierto de polvo, representaba dignamente a mi padre como cabeza de familia y, sentí, después de mucho tiempo, renacer el orgullo de tener a mi hermano menor en casa.
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